Hay llantas que “mueren jóvenes”. No porque fueran malas, sino porque las mataron antes de tiempo.
En flotillas, pasa más de lo que parece: operan diario, pero entre las prisas, la presión y los pendientes, se cometen errores simples… que terminan costando miles.
Aquí te dejo los 5 errores más comunes que literalmente acortan la vida de tus llantas y disparan tu costo por kilómetro.
1. Rodar con presión incorrecta (aunque sea solo un poco)
El aire es gratis. Las ponchaduras y los cambios tempranos, no.
El mayor enemigo de la llanta no es el camino… es la presión incorrecta.
Una llanta 10% baja en presión se calienta más, genera desgaste desigual y aumenta el riesgo de reventón. Y si tienes camiones pesados, ese porcentaje pega todavía más.
Solución:
– Revisa presión antes de salir, no en carretera.
– Usa sensores de presión o válvulas con indicador.
– Ajusta la presión según carga y ruta, no por costumbre.

2. Mezclar llantas sin estrategia
Poner “lo que hay” en cada eje puede parecer práctico, pero es una receta para el desgaste acelerado.
Diferentes marcas, diseños y estados generan diferencias de altura, tracción y rigidez. El camión lo resiente… tus llantas también.
Solución:
– Mantén pares iguales en cada eje.
– Evita mezclar usadas con nuevas en el mismo lado.
– Respeta el diseño de cada llanta: direccional, tracción o arrastre.

3. No alinear y balancear con frecuencia
La desalineación no siempre se siente al volante, pero siempre se ve en la cartera.
Se traduce en desgaste lateral, vibraciones, consumo extra de combustible y llantas que duran la mitad.
Solución:
– Alinea cada que cambies llantas, después de golpes o cada 20–25 mil km.
– Usa esferas de balanceo o balanceo dinámico para evitar vibraciones.

4. Exceder carga “solo por esta vez”
El exceso de carga hace que la llanta trabaje al límite, se caliente más rápido y pierda integridad estructural.
Tal vez aguante hoy… pero te cobra mañana.
Solución:
– Respeta el índice de carga.
– Distribuye el peso.
– Capacita a tus operadores para detectar “carga mal acomodada”.

5. Ignorar señales pequeñas (que luego se vuelven problemas grandes)
Un chipote, un desgaste raro en un costado o una vibración ligera son señales de alerta. Si las ignoras, la llanta te va a avisar… pero en el peor momento.
Solución:
– Haz revisiones rápidas al final de cada ruta.
– Capacita a los operadores para detectar daños.
– Ataca lo pequeño antes de que sea un gasto enorme.

Las llantas no se “acaban”. Se desgastan con la operación… y con malas prácticas.
Corregir estos 5 errores puede multiplicar la vida útil de tus neumáticos y mejorar tu rentabilidad por kilómetro sin gastar más.
Si quieres revisar la salud de tus llantas o necesitas recomendaciones para tu operación, puedo ayudarte.

